En “El negro no es gente: la diáspora africana y la deconstrucción de la sumisión. Prensa afrouruguaya y discurso en el siglo XIX”, su autora Amparo Fernández Guerra agradece a su abuela, María Díaz de Guerra, «(…) por enseñarme historia y que la historia se hace en todos lados, todos los días y con todas las personas. También, con las menos narradas».
En los primeros periódicos de las «sociedades de color» la comunidad afrouruguaya reivindicó sus derechos, sintetizando los reclamos sobre su limitado acceso a la educación y las escasas posibilidades de participación política. El libro ahonda sobre estas reivindicaciones.
Los textos analizados se enmarcan en un período crucial de la consolidación del aparato estatal uruguayo, del modelo económico y del proyecto de un imaginario particular de nación, donde surge el relato fundacional del Estado. Problematizar ese relato, haciendo entrar en él otras voces, es especialmente enriquecedor si queremos tener una visión más cabal de quiénes somos, cuestionando la idea del Uruguay homogéneo, monolingüe y europeo.
Al entender que la identidad se construye discursivamente, en este libro se estudian las estrategias discursivas relacionadas con la construcción de la identidad utilizadas para reclamar el lugar de los afrodescendientes en la nueva nación y se busca resignificarlas, como ejercicio que desde el presente, construye democracia y aceptación del otro.